Mary McCartney y su libro libro de recetas
Hay vegetarianos que se sienten indispuestos ante la mera visión de carne roja. No es el caso de Mary McCartney,fotógrafa y vegetariana militante, que se inició en el vegetarianismo de sus padres a los cinco años pero
no tiene problema en ver cocinar carne en los programas de la
televisión. Hay defensores de la vida sana que se toman la vida como una
cruzada contra los demás. Nada más lejos de las intenciones de la hija
mayor de Paul y Linda McCartney. «No es mi estilo decir que comer carne es cruel y que el mundo va a estallar», explica en un lujoso hotel del centro de Londres, «no me gusta que
me digan lo que debo o no debo hacer, por eso me centro en aportar
soluciones para quienes desean comer menos carne».
En general, una entrevista sobre un libro de cocina debería
empezar por el menú editorial que ofrece. No con la autora de «Mis
recetas caseras. Cocina vegetariana para toda la familia» (Grijalbo), en
quien la candidez que incorpora el apellido no está reñida con la
truculencia de los thriller televisivos nórdicos. «Mi marido y yo
acabamos de empezar la segunda serie de “The Killing” y ya me ha dicho
que después veremos “The Bridge” y luego “Borgen”», explica al inicio de
la conversación, en referencia a las series danesas y suecas que reinan
en el género.
El nuevo libro de Mary, la mayor de los tres hijos que tuvieron Paul y Linda -fallecida
en 1998 de cáncer de pecho- suma el frente culinario al periodo de
éxito creativo de los McCartney. Su hermana Stella, dos años menor que
ella, es una gran diseñadora - lo hizo para todo el
equipo británico en los Juegos de Londres. Su hermano James (35 años),
está a punto de publicar un disco. Y su padre sacó el año pasado «Kisses
on the Bottom», un LP de versiones de canciones populares americanas
con una foto realizada por Mary para la portada. «El disco
salió en torno a San Valentín y queríamos flores, a mi padre le gustaba
la idea de un ramo con forma de corazón pero no quería rosas, y jugamos
con ello», recuerda.
Mary era la niña que asoma desde la chaqueta de su padre en
la conocida foto de contraportada del primer disco en solitario de
Paul, «McCartney». La imagen la tomó su madre, Linda. De ella cogió su
hija mayor el arte de la fotografía, y fue Mary quien tomó las últimas
instantáneas de su madre semanas antes de morir. Su primer libro de
cocina ahora es un genuino intento de popularizar las posibilidades de
la cocina vegetariana. «Mis recetas no son caras y los ingredientes no
son nada exóticos», nos explica. Es fruto de su propio cometido como
responsable de alimentar a cuatro hijos y un marido -«y un perro»,
matiza-. Pero el libro es, sobre todo, un homenaje al legado de su madre,
y al recuerdo de los momentos familiares en la cocina de la granja en
Escocia a la que se escapaban de niños. «Jugábamos a ver quién sacaba
más patatas de la tierra, todavía recuerdo el susto la primera vez que
arranqué una zanahoria del suelo», recuerda.
«La cocinera era mamá, aunque mi padre también cocinaba porque siempre ha sido muy consciente de lo que come;
los dos se convirtieron en vegetarianos juntos», explica. ¿Hubo un
momento de revelación? «Estaban tomando cordero en la casa de Escocia,
mirando a los corderitos en el campo, y se plantearon que quizás no
debían comer carne, yo era un bebé entonces», aclara. ¿Resaca del
movimiento hippie? «No, ser vegetarianos les vino por conciencia del bienestar animal,
eran hippies en el sentido de que les gustaba estar en la granja, comer
verdura y tener sus gallinas, pero no fue algo ideológico», cree. Su
madre Linda predicó con el ejemplo hasta límites excéntricos. «Tenía un
caballo en un establo fuera de Londres, pero a veces le entraban ganas
de montarlo y se lo traía a casa, cerca de los estudios de Abbey Road, y
se paseaba con él calle arriba y calle abajo», recuerda divertida. «Y
éramos los únicos de la zona con gallinas en el jardín, pero hacían
demasiado ruido». Hoy día, disfrutar de la comida -«y del buen vino»-
sin carne de por medio forma parte de una familia en la que todos son
vegetarianos.
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