Alí:
Tu más reciente disco [John
Lennon-Plastic Ono Band]
y tus más recientes declaraciones públicas, especialmente las
entrevistas en Rolling
Stone,
sugieren que tus puntos de vista se han vuelto más y más radicales
y políticos. ¿Cuándo comenzó a ocurrir esto?
Lennon: Siempre he sido propenso a lo político, ¿sabes?,
y estoy contra el statu quo. Es lo básico cuando creces,
como yo, odiando y temiendo a la policía como un enemigo natural y
desprecias al ejército como un ente que se lleva lejos a tantos –y
los abandona, muertos, en alguna parte. Es decir, es lo básico para
la clase trabajadora, pero comienza a deslavarse cuando creces, te
haces de familia y te ves tragado por el sistema. En mi caso nunca he
dejado de tener mentalidad política, aunque la religión tendió a
encubrírmela durante mis días de pasón con ácido, en
1965 o 1966. Y esa religiosidad era el resultado directo de toda la
mierda de ser superestrellas; era una salida a mi propia represión.
Pensaba: debe haber algo más en la vida, ¿no? Esto no es todo,
¿verdad?
Pero siempre fui propenso a lo político en cierto sentido,
¿sabes? En los dos libros que he escrito, aunque los escribiera en
esa suerte de aparente sinsentido joyceano, siempre había críticas
a la religión, incluso tengo una obra de teatro entre un obrero y un
capitalista. Satiricé al sistema desde niño. Escribía y
confeccionaba revistas en la escuela y las repartía por ahí. Tenía
mucha conciencia de clase, siempre con una astilla en el hombro (como
se dice en el barrio), porque entendía lo que me ocurría y sabía
de la represión de clase que se nos venía. Eso era un pinche dato,
que en el huracán Beatle se me quedó fuera, y me fui mucho más
allá de la realidad por un rato.
Alí:
¿Cuál
crees que haya sido la razón del éxito de la música que hacían?
Lennon: Bueno, en ese entonces se pensaba que los obreros
se habían colado a los reflectores, pero me doy cuenta en
retrospectiva que se trataba del mismo acuerdo chafa que les dieron a
los negros; era como cuando le permitieron a los negros ser
corredores, boxeadores o animadores. Esa fue la opción permitida
entonces –la salida es ser artista pop, que es exactamente lo que
estoy diciendo en la canción “Working class hero” [Héroe de la
clase obrera]. Como le dije a Rolling Stone, es la misma
gente la que detenta el poder, el sistema de clases no ha cambiado ni
tantito.
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