Wednesday 21 September 2011

LOS ENSAYOS DE OCEAN´S KINGDOM


Paul,vestido en jeans y tenis Nike, se dirigía a un ensayo al estudio 2 del Ballet de la Ciudad de Nueva York a finales del mes pasado para ver por primera vez lo que el coreógrafo Peter Martins había hecho con su composición, "Ocean's Kingdom".

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Durante la hora siguiente, mientras la música se reproducía desde un CD, los 48 bailarines interpretaron un idilio en una corte real bajo el mar y un bosque mágico, con nobles, doncellas y asesinos.

Listos estaban los conjuntos geométricos y las ráfagas de acrobacias individuales, una escena de baile, abrazos y batallas, incluso un poco de comedia de borrachos, todos claramente contando una historia.

Compositor y coreógrafo miraban atentamente, con frecuencia se acercaban entre ellos para hablar en voz baja. Al final, el compositor se puso de pie con una ovación, exclamó: "¡Whoo!". Ese "¡Whoo!", alto y dulce, podría haber salido directamente de una canción de Los Beatles.

Lo cual tenía sentido, porque el compositor es Paul McCartney, quien realiza su primer ballet y es, incluso, mucho más práctico que un compositor de ballet tradicional. Con "Ocean's Kingdom" ha tomado parte en todo: historia, decorados, vestuario, incluso aspectos del baile mismo.

Como novato en la composición de ballet, se acercó al proyecto a su manera, fructífera e ingenua. "Lo mejor para mí fue que nunca antes había trabajado así", dice McCartney. "Una de las razones por las que hago esto es para tener nuevas experiencias".

Martins, director general de la compañía de ballet, señala que "Paul, obviamente, tiene un gran oído, pero también tiene un gran ojo y muchas ideas maravillosas, así que estaba feliz de usarlas a la vez que su aportación enriquecía mi proceso creativo".

Muy involucrado

Una vez finalizado el ensayo, McCartney conversó unos instantes con algunos de los bailarines, quienes, con seriedad, le preguntaban acerca de los matices para sus personajes y disfrutaban de su aprobación.

La semana siguiente, McCartney volvió a asistir a todos los ensayos, revela Sara Mearns, una de las bailarinas principales de la compañía y quien interpreta el papel central: la princesa Honorata.

El Ballet de la Ciudad de Nueva York ha encargado con frecuencia la composición de partituras de ballet -McCartney se une a una alineación que incluye a Wynton Marsalis, Esa-Pekka Salonen, Wuorinen Charles y John Adams-, pero el compositor generalmente juega un papel más limitado. Sara recuerda que McCartney "estaba allí en todos los ensayos, se sentaba, veía y metía su cuchara. Paul ha sido realmente una gran parte del proceso en el ballet, y ciertamente se preocupa mucho por él. Esto es definitivamente algo nuevo para todos, tener esa energía en un ballet".

"Ocean's Kingdom" es la obra central de la nueva temporada del Ballet de la Ciudad de Nueva York y se estrenará mañana jueves, en la gala anual de la agrupación. Y aunque el resultado está lejos del rocanrol, el nombre de McCartney y su música probablemente atraerán a una audiencia que no es habitual en las funciones de ballet, ya sea baby boomers que han pagado cientos de dólares para ver a McCartney este verano en el Yankee Stadium o "fashionistas" interesados en el diseño de vestuario de su hija Stella.

"Ocean's Kingdom" es, en muchas formas, una tradicional historia de ballet: un melodioso, tonal trabajo de orquesta en cuatro movimientos que acompaña a una sencilla historia de amor, protagonizada por una princesa. Ilustra las aventuras de la hija del Rey del Mar, Honorata, y la realeza de la tierra que tanto la desea: el Rey Terra y su hermano, el príncipe Piedra.

La música de McCartney se desarrolla a través de motivos y episodios, no de versos y estribillos; se remonta a Tchaikovsky, Elgar, Holst y Vaughan Williams, con un toque de Gershwin. Tanto en la música como en el baile, la tranquilidad acuática lidia con el descaro de la tierra, una brecha a salvar por los amantes.

McCartney podría haber completado sólo la música y dejar que Peter Martins y la compañía hicieran el resto. No lo hizo. "Estoy acostumbrado a estar involucrado en muchos aspectos de las cosas que hago", recuerda (como en la portada de sus discos y en la colocación de una pantalla de vídeo para un concierto ).

Para "Ocean's Kingdom", McCartney escribió todo el argumento, escena por escena, e hizo dibujos para sugerir el telón de fondo para cada acto, que serán proyecciones, y el cuadro final. McCartney propuso a su hija que el diseño del vestuario de los chicos malos incluyera tatuajes. Martins recuerda que le dijo a McCartney: "Has hecho la música, el libreto, los elementos escénicos. Y Stella está haciendo el vestuario. Lo único que no has hecho es la coreografía". Paul se rió, y respondió: "Dame un par de semanas".

En efecto, Martins revela que incorporó al baile algo del lenguaje corporal de McCartney. Una postura para los chicos malos, los "punks de Terra", consiste en el brazo derecho levantado, el codo doblado y los dedos extendidos, y el brazo izquierdo extendido: planteando una pose de "¡Shazam!". Martins dice, volteando a ver a McCartney, que un día, mientras escuchaban la música de los punks en su oficina, "te pusiste de pie e hiciste así" (adoptó la postura) "y yo pensé, bueno, ésa es una gran imagen. Y lo puse en el ballet".La colaboración comenzó cuando McCartney conoció a Martins en marzo de 2010 en el Baile Anual de Invierno de recaudación de fondos del School of American Ballet. Poco después Martins le preguntó a McCartney si estaría interesado en escribir música para ballet. Junto con sus álbumes de rock, McCartney ha lanzado cuatro discos clásicos desde 1991, dos oratorios, un poema sinfónico llamado "Standing Stone" y un álbum de piezas más cortas. La partitura de "Ocean's Kingdom" saldrá a la venta en CD (Hear Music/Telarc/Concord) el 4 de octubre.McCartney ya había escrito pocos minutos de una música suave y oceánica para el cineasta Jacques Perrin, pero no se había utilizado y Paul pensaba en hacerla más larga. Con la invitación de Martins tenía un propósito para ella, pero no las directrices. "Tontamente no pregunté", admite. "No dije: 'Bueno, ¿de qué se trata este ballet que vamos a hacer?"."Yo pensé: '¿Qué sé yo sobre ballet? Lo que el ciudadano medio sabe: 'Lago de los Cisnes', 'El Cascanueces'. Bueno, yo pensaba que no tenía sentido que hiciera eso, o tratara de hacerlo, porque Tchaikovsky lo ha hecho mejor de lo que yo podría ser capaz de hacerlo".Mientras componía la música asistió a una representación de "Giselle" por el Royal Ballet con un ojo analítico y habló con los bailarines después. "Con la mayoría de las cosas que hago me imagino que soy alguien del público, así que pensé: 'Bueno, ¿qué me gustaría ver?'".McCartney no sabe leer ni escribir la notación musical estándar. En los últimos años ha utilizado un programa de computadora que simula los instrumentos de la orquesta. "Creo que es muy adictivo, así que cuando tengo tiempo libre voy a allí a hacer pequeñas piezas y cosas, porque me gusta el proceso", señala. En el verano de 2010 su fragmento oceánico había aumentado a alrededor de 50 minutos de música.Sólo después de que escribiera la música, McCartney empezó a considerar una historia. Fue a través del análisis de la obra con un ingeniero, al identificar puntos en la música que pudieran sugerir personajes y trama. Un libro de bebés le dio ideas de nombres como Honorata y Piedra. "Creció de manera orgánica a medida que la música se desarrollaba", apunta. "Y finalmente pensé: 'Esto parece ser una historia lo suficientemente buena'".Es un cuento de hadas accesible con un toque ambientalista. El reino del mar es sereno y elegante, los intrusos de la tierra son angulares y agresivos. "Había una subtrama de la cual le hablé a Peter. Nunca se mencionó en el ballet, sólo un poco en la parte de atrás de nuestras mentes, que hay una cosa ecológica sobre la pureza de los océanos, la destrucción y la contaminación por la gente de la tierra, y quién va a ganar"."Ocean-s Kingdom" es algo raro en la carrera de Martins: un ballet narrativo. A pesar de que ha hecho versiones de "El Lago de los Cisnes" y "Romeo y Julieta", su trabajo es en general la respuesta abstracta a una composición, en la tradición de su mentor, George Balanchine. "Fue un reto para mí", admite Martins. "Pero tenía muy buen ritmo. Así que por eso me sorprende que la narración no haya surgido primero".Martins sí hizo sugerencias sobre la historia, en particular un "pas de deux" de los amantes en el tercer acto. "Estamos sentados ahí escuchando la música, y Peter me dijo: 'Esto es erótico, ¿verdad?'. Le dije, 'Sí, claro'. Él realmente puso su interpretación en el ballet".A lo largo de esta colaboración Martins "pudo ver que yo estaba teniendo un montón de ideas", dice McCartney. Y sonríe: "Tenía la esperanza de que no dijera: 'No, no, eso está bien, gracias, es suficiente'".


(Thenewyorktimes)

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