Agosto de 1964. Los Beatles acaban de aterrizar en los Estados Unidos para una gira de treinta conciertos. Habían conquistado al país durante la primera visita, en febrero, pero entonces se dedicaron, sobre todo, a aparecer en televisión. Ahora, en verano, la pretensión era llenar estadios con el auge de la beatlemanía.
La gira, planeada por Brian Espstein, fue un éxito en términos económicos, con un millón de dólares de ingresos limpios en entradas vendidas, pero con problemas técnicos. Epstein estaba muy pendiente de la parte económica, alquiló equipos de amplificación de escasa potencia para recintos abiertos para 10 y 20.000 asistentes, esto sumado al bullicio de los fans, el resultdo era que la música no era bien escuchada, ni por los propios Beatles.
Aunque los Beatles eran tratados como celebridades en todas las localidades y ningún capricho les era negado, las exigencias del grupo eran escasas. Una de las pocas condiciones de John y Paul fue elegir a la telonera que abriría los shows de la gira: Jackie DeShannon.
Ella era una de las mejores cantantes-compositoras de la época y brillaba. Acababa de editar Needles and Pins, una balada de tono soul que se convertiría en éxito mundial en la versión (mucho más blanda y sin aristas) de los Searchers.
DeShannon acompañó a los Beatles durante el tour. Los fans del cuarteto inglés no dejaban de reclamar al grupo. En esas incómodas condiciones, la cantante y su grupo interpretaban tres temas. John y Paul no se perdieron desde el backstage ni una de las actuaciones y felicitaron efusivamente a la telonera.
“No entiendo al público. Tus canciones son mejores que las nuestras“, le dijo Paul. Lo cierto es que todos esperaban a los Beatles y cualquier telonera(o) pasaba a un segundo plano en los shows. Su buena relación con the Beatles puede apenas ser comprobada en algunas fotos en las que que aparece jugando al Monopoly con George Harrison en un hotel.
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