Monday, 19 October 2009

UN VISTAZO AL CENTRAL PARK

Un vistazo al Central ParK

El parque urbano más visitado de EEUU, que está considerado como un símbolo de la democracia, financia el 85% de su presupuesto con donaciones privadas. Las grandes empresas y los neoyorquinos mantienen sus aportaciones a pesar de la recesión.

Los bancos tienen carné de identidad en Central Park. Anthony y Nanar Yoseloff han adoptado uno de los 9.000 asientos que pueblan el parque neoyorquino. Una placa plateada, por la que el matrimonio ha pagado 7.500 dólares (5.031 euros), les recordará de por vida. “Si lo has conseguido en Nueva York, puedes lograrlo en cualquier parte del mundo”, reza la cita que han inscrito junto a su nombre y apellido. El banco de los Yoseloff, situado en el área de deportes Heckscher, tiene un vecino, otro asiento de madera verde, bautizado por Hearst Magazines, la división de revistas del grupo de la familia Hearst.

Esta combinación de fervor popular y respaldo corporativo constituye la esencia de Central Park, el parque urbano más visitado de Estados Unidos y el auténtico pulmón de la Gran Manzana. El recinto, que abrió sus puertas hace 150 años, recibe cada año a más de 25 millones de personas. En renovación constante, goza de buena salud y está sorteando la recesión con relativa facilidad debido al apoyo de las grandes empresas y los neoyorquinos. Su impacto económico directo e indirecto en la ciudad se calcula en unos 1.000 millones.

“Es un espacio realmente democrático, como ya se demostró en sus orígenes. Los grandes parques europeos de la misma época fueron creados para la realeza y la aristocracia, mientras que Central Park se concibió para el disfrute de la naturaleza por todos los ciudadanos”, explica Ethan Carr, profesor de Arquitectura Paisajística de la Universidad de Virginia y ex jardinero del parque neoyorquino. Carr destaca que, pese a esta concepción popular, Central Park también movilizó a los personajes más influyentes de la sociedad, “tendencia que continúa hoy en día. Sin su implicación, el parque no estaría en tan buenas condiciones”.

Central Park, que ocupa una superficie de 341 hectáreas, pertenece al Ayuntamiento de Nueva York y está gestionado por una entidad privada sin ánimo de lucro, Central Park Conservancy, constituida en 1980. Esta sociedad, presidida por Douglas Blosnky, se encarga de explotar y mantener el parque urbano. El Ayuntamiento dirigido por el empresario Michael Bloomberg únicamente aporta el 15% del presupuesto anual del parque (a través de un contrato programa) y el 85% restante procede del sector privado.

El recinto logró unos ingresos de 53,44 millones de dólares en 2008, procedentes de donaciones (31,03 millones, un 18% más), fondos municipales y eventos especiales. Los gastos del parque, que se financia a corto plazo con una línea de crédito de JPMorgan, ascendieron a 39,58 millones. De este modo, Central Park generó un excedente de 13,86 millones, que se destinó a reservas.

Para lograr las aportaciones privadas, el parque se apoya tanto en el respaldo del mundo corporativo como en las donaciones populares. La sociedad gestora permite a las empresas elegir entre cuatro fórmulas para financiar a Central Park, en función de la cantidad económica entregada. A cambio, las compañías reciben el título de embajador del parque (cuando las donaciones son superiores a 50.000 dólares), diplomado (entre 25.000 y 50.000 dólares), delegado (entre 10.000 y 25.000 dólares) y representante (entre 5.000 y 10.000 dólares).

Estas donaciones, deducibles fiscalmente, permiten a las empresas lograr beneficios como recorridos por el parque privados y personalizados para la plantilla, cenas corporativas en el Charles Danna Discovery Center, ubicación privilegiada en la carrera de empresas JPMorgan Chase Corporate Challenge y descuentos en los cursos de formación sobre trabajo en equipo ofrecidos por el parque, entre otros servicios. Además, sus consejeros delegados pueden participar gratis en todos los eventos organizados por la sociedad gestora y codearse así con la alta sociedad de Nueva York.

El club de los embajadores, los de mayor aportación, incluye a bancos (Bank of America y JPMorgan), empresas de lujo (Chanel y Gucci), auditoras (Ernst & Young), firmas de moda (Polo Ralph Lauren), editores de medios de comunicación (Time Warner y Bloomberg) y promotoras inmobiliarias (Related Companies).

El respaldo corporativo es vital para el parque, que cada mediodía se convierte en un comedor al aire libre. Los neoyorquinos almuerzan los platos preparados que han comprado en el hipermercado Whole Foods y se entremezclan con turistas, Estatuas de la Libertad humanas y músicos que tocan el saxo en espera de limosna para poder sobrevivir.

Recaudar fondos
La pasión de los locales también contribuye a financiar a la sociedad gestora del parque, que cada año organiza tres grandes eventos para recaudar fondos: Taste of the Summer (cena en una tienda con comida de los 40 restaurantes más exclusivos de Nueva York), Halloween Ball (un banquete con concurso de disfraces que se celebra cada 31 de octubre) y Frederick Law Olmsted Awards Luncheon (conocida popularmente como la comida de las pamelas, por los sombreros que siempre llevan las mujeres participantes). En estos actos. que siempre son recogidos por la prensa local, la elite más tradicional de Nueva York se reúne con los profesionales de altos ingresos y con familias que consideran el parque como algo suyo.

Así, la edición de este año de Taste of the Summer, celebrada en junio, logró recaudar 635.000 dólares, con la asistencia de unas 900 personas. Todas ellas pagaron un mínimo de 350 dólares.

Los tres eventos permiten al parque financiar el grueso de su presupuesto anual. Los fondos recaudados complementan otros ingresos que Central Park Conservancy obtiene de las concesiones de comida que existen en el parque y los puestos de venta de artículos de merchandising. Las adopciones populares también son una fuente de recaudar fondos. La sociedad permite que cualquier persona pueda poner su nombre en los 9.000 bancos o en los 26.000 árboles. Los más acaudalados pueden inscribir su placa en una zona entera del parque, como el magnate inmobiliario Donald Trump. Su apellido aparece en la pista de patinaje que cada año hace las delicias de los locales y que está recién instalada. El parque ofrece recorridos privados y acaba de instalar una audioguía que puede escucharse a través del móvil y en el que los famosos narran una historia vinculada a cada rincón de este rectángulo natural. Entre las voces destaca Yoko Ono, que presenta el monumento en memoria de John Lennon, asesinado a las puertas del edificio donde residía, Dakota Building, situado en la orilla oeste de Central Park.

Además, la sociedad gestora realiza actividades esporádicas para financiar necesidades concretas que surgen a lo largo del año de forma imprevista. Así, anteayer organizó una comida familiar para lograr fondos con los que reparar los árboles que fueron dañados por una gran tormenta que azotó a Nueva York el pasado 18 de agosto. Central Park estima que sufrió unas pérdidas de tres millones de dólares y, para sufragarlas, lanzó la iniciativa, The Grill On the hill. A pesar de que el frío ya ha llegado a la ciudad para quedarse, con temperaturas de cero grados, múltiples familias respondieron a la convocatoria, pagando los 50 dólares que costaba la entrada.

Una mina para el mercado immobiliario
Central Park es una fuente de negocio para sus empresas contratistas, que directa e indirectamente emplean a 3.780 trabajadores. El parque, a su vez, genera unos ingresos de 656 millones para el Ayuntamiento, a través de la recaudación de impuestos, importe que equivale al presupuesto anual de la división de parques de la corporación municipal. Central Park, plató donde a diario se ruedan películas y series de televisión, cuenta en sus alrededores con 102 hoteles (el 37% de la oferta de la ciudad), 47 museos y cien centros de formación. Pero el principal beneficiario de la presencia del parque es el mercado inmobiliario. El valor añadido que Central Park aporta a los edificios residenciales y comerciales situados a tres manzanas está estimado en 17. 700 millones, según la consultora Appleseed.

El parque concentra en sus alrededores a la mitad de los 48 rascacielos de oficinas más caros de Nueva York y generalmente todos los años varios apartamentos próximos al recinto cambian de propietarios a un precio que suele suponer un récord anual en la ciudad. La zona cercana a Central Park es la residencia de famosos como Yoko Ono, Denzel Washington, Bruce Willis, Demi Moore, Robert DeNiro y Antonio Banderas. Con ellos conviven banqueros y gestores de hegde funds.

source:expansion.com


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